Es uno de los deportes más difíciles del mundo. Parece fácil practicarlo
entre amigos en una sala recreativa, con el abrigo colgado de un
perchero y el ruido de los futbolines como música de fondo. Jugar entre
amigos recibe el nombre de pimpón. Cuando la cosa va en serio, cuando
los jugadores saltan de un lado a otro y golpean la bola desde una
distancia de cinco metros para colocarla sobre la pequeña superficie
verde, el nombre se convierte en tenis de mesa. En Barcelona están ahora
los 24 mejores jugadores de Europa; 12 chicos y 12 chicas. Disputan el
torneo Europa Top 12, al que sólo llegan los mejores del año y en el que
está en juego el prestigio profesional. Porque para estar entre la
elite del tenis de mesa es absolutamente imprescindible ser profesional y
dedicar cuatro o cinco horas diarias al entrenamiento.
http://elpais.com/m/diario/1985/02/03/deportes/476233219_850215.html
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